Édouard Manet (23 de enero de
1832 - 30 de abril de 1883) fue un pintor francés, reconocido por la influencia
que ejerció sobre los iniciadores del impresionismo.
Édouard Manet (1832-1883).
Fotografía por Nadar h. 1867-1870.
|
TRAYECTORIA ARTISTICA
De todos los artistas de su
tiempo, Manet era quizás el más contradictorio. Aunque se le consideraba un
personaje controvertido y rebelde, Manet se pasó casi toda su vida buscando la
fama y la fortuna, y lo que quizás sea más importante, un pintor que ahora es
aceptado como uno de los grandes, solía mostrarse inseguro de su dirección
artística y profundamente herido por las críticas hacia su obra.Tuvo que
esperar al final de su vida para conseguir el éxito que su talento merecía.
Pese a que se le considera uno de los padres del Impresionismo, nunca fue un
impresionista en el sentido estricto de la palabra. Por ejemplo, jamás expuso
con el grupo y nunca dejó de acudir a los Salones oficiales, aunque le
rechazaran. Afirmaba que "no tenía intención de acabar con los viejos métodos
de pintura ni de crear otros nuevos". Sus objetivos no eran compatibles con
los de los impresionistas, por mucho que se respetaran mutuamente.
La notoriedad de Manet, al menos
en las etapas tempranas de su carrera, se debió más a los temas de sus cuadros,
considerados escandalosos, que a la novedad de su estilo. No fue hasta mediados
de la década de 1870 que empezó a utilizar técnicas impresionistas. En este
sentido, Bownes se muestra bastante convincente al demostrar que, de joven, sin
llegar a considerarse un innovador, Manet sí trataba de hacer algo nuevo:
Buscaba crear un tipo libre de composición que estaría, sin embargo, tan
herméticamente organizada en su superficie como los cuadros de Velázquez.
En 1859 presentó por primera vez
al Salón su Bebedor de absenta, un cuadro que permitía sin problemas adivinar
su adoración por Frans Hals, pero que provocó una turbulenta reacción en el
público y en el jurado, inexplicable sin duda para un Manet que durante toda su
vida lo único que buscó fue el éxito dentro de la respetabilidad.
En los años sesenta, sin embargo,
su pintura de tema español, tan de moda por entonces en Francia, fue bastante
bien acogida y en 1861 el Salón aceptó por primera vez un cuadro suyo, el Guitarrista español.
Autor: Edouard Manet
El guitarrista español (1861)
Descripción: Óleo sobre lienzo.
Dimensión: 147,3 × 114,3 cm.
Localización: Metropolitan Museum
of Art. Nueva York
|
El tono general de la obra de
Manet no es el de un pintor radical únicamente preocupado por el mundo visual.
Él es un sofisticado habitante de la ciudad, un caballero que se ajusta en todo
al concepto decimonónico de dandi: un observador distante, refinado, que
contempla desde una elegante distancia el espectáculo que le rodea. Desde este
punto de vista, Manet concluye el que será, sin duda, uno de sus cuadros más
escandalosos, rechazado en el Salón de 1863 y expuesto en el de los Rechazados, Almuerzo sobre la hierba.
Almuerzo sobre la hierba.
Autor: Édouard Manet, 1863
Técnica: Óleo sobre lienzo
Estilo: Impresionismo
Tamaño: 208 cm × 264,5 cm
Localización: Museo de Orsay,
París, Francia.
|
El reto lo planteaba una realidad
contemporánea, los bañistas del Sena, y la escena estaba reformulada en el
lenguaje de los viejos maestros (el cuadro está claramente inspirado en la Fiesta campestre del Giorgione),
compitiendo con ellos y, al mismo tiempo, subrayando las diferencias. Las
escenas con el tema del ocio en el campo estaban ya muy enraizadas en el arte
occidental y abundaban tanto en las ilustraciones populares como en el arte
académico, pero el cuadro de Manet pertenece a un orden distinto, desconcertante
por la evidente inmediatez con que se enfrenta al espectador.
Sin embargo, pese a la aparente
unidad del grupo, cada figura es una entidad separada, absorta en su propia
actitud o meditación, de manera que ningún tipo de conexión narrativa puede
explicar el conjunto. Y esta sensación de ruptura hace que el cuadro parezca
desintegrarse en una especie de collage de partes independientes que sólo por
un instante se agrupan gracias a su parecido, prestado, con el orden
renacentista.
Olympia.
Autor: Édouard Manet, 1863
Técnica: Óleo sobre lienzo
Estilo: Impresionismo
Tamaño: 90 cm × 130,5 cm
Localización: Museo de Orsay,
París, Francia.
|
Pero más escandalosa todavía fue
la Olympia, pintada en 1863 pero no
presentada al Salón hasta 1865, donde fue rechazada. Entre las razones por las
que este cuadro iba a resultar chocante no son las menos importantes el hecho
no sólo de que es una clara parodia de una obra renacentista, (la Venus de Urbino de Tiziano), sino
también una flagrante descripción de los hábitos sexuales modernos.
Manet sustituye en él a una diosa
veneciana del amor y la belleza por una refinada prostituta parisina. Pero lo
que realmente desconcertó a los críticos de la época es que Manet no la sentimentalista
ni la idealiza, y Olimpia no parece ni avergonzada ni insatisfecha con su
trabajo. No es una figura exótica o pintoresca. Es una mujer de carne y hueso,
presentada con una iluminación deslumbrante y frontal, sobre la que el pintor
muestra un perturbador distanciamiento que no le permite moralizar sobre ella.
Ambas obras entusiasmaron a los
pintores más jóvenes por lo que suponían de observación directa de la vida
contemporánea, por su naturalidad y por su emancipación técnica. Manet se
convirtió así, casi sin quererlo, en el personaje principal del grupo que se
reunía en el Café Guerbois, la cuna del Impresionismo.
En 1867, hacia la época de la
Segunda Exposición Universal en París, Manet, muy desalentado por su mal
recibimiento en el Salón oficial, decidió seguir el ejemplo de Courbet unos
años antes y dispuso, con su propio dinero, un pabellón donde presentó cerca de
cincuenta obras sin, desde luego, ningún éxito público.
En el prólogo del catálogo es muy
probable que le ayudara su amigo el novelista Zola porque, de hecho, para su
pintura durante toda la década de 1860, Manet contó con el apoyo escrito de
Zola desde su puesto de crítico de arte para la revista semanal L'Evenement.
Bajo estas circunstancias Manet pintó de él en 1867-68, un retrato a la vez
extraño y programático.
Retrato de Émile Zola por Edouard
Manet, 1867-68.
|
Ningún pintor del grupo impresionista ha sido tan discutido como Manet. Para algunos, fue el pintor más puro que haya habido jamás, por completo indiferente ante los objetos que pintaba, salvo como excusas neutras para situar un contraste de líneas y sombras. Para otros, construyó simbólicos criptogramas en los que todo puede ser descifrado según una clave secreta, pero inteligible. Para algunos, Manet fue el primer pintor genuinamente moderno, que liberó al arte de sus miméticas tareas. Para otros, fue el último gran pintor de los viejos maestros, demasiado enraizado en una multitud de referencias histórico-artísticas.
Algunos creen todavía que fue un
pintor de deficiente técnica, incapaz completamente de conseguir una coherencia
espacial o compositiva. Otros piensan, por fin, que fueron precisamente estos
"defectos" los que constituyeron su deliberada contribución a las
drásticas y enormemente fructíferas transformaciones que introdujo en la
estructura pictórica.
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89douard_Manet
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%89douard_Manet#/media/File:Manet,_Edouard_-_Portrait_of_Emile_Zola.jpg
https://es.wikipedia.org/wiki/Olympia_%28Manet%29
https://es.wikipedia.org/wiki/Le_D%C3%A9jeuner_sur_l'Herbe
http://www.epdlp.com/cuadro.php?id=3888
No hay comentarios:
Publicar un comentario